Una hora de permiso para comer (asignada y previa petición), limpiar la propia habitación (por la que pagan 90€ al día a los que sumar los gastos por toallas y sábanas) y asumir la obligación de cobrar 5€ extra a los clientes por cada media hora de más de uso de la habitación (y si no, pagarlo del propio bolsillo). Son algunas de las condiciones de trabajo que soportan las trabajadoras sexuales del Club Flowers, un local de alterne ubicado en Las Rozas.
Evely Rochel lo lleva a juicio, a pesar de que sabe de sobra que es muy difícil que el juez le dé la razón por las dificultades de demostrar la existencia de una relación laboral.